contigo, más.

Yo era persona insensata, de esas que creen en el poder del paso del tiempo, de las que habían perdido la esperanza en la intensidad de los buenos momentos...

                          pero entonces apareciste tú, con esa sonrisa que desde el minuto uno me tiene
                          loca, con ese olor que cuando no estás se me pega y me abraza para que la
                          espera hasta poder volver a verte sea menos dolorosa,

y rompiste mis esquemas, 

y entonces supe que eras tú.

El tiempo se había convertido en algo relativo, ya no era él quien me guiaba, ahora eran tus besos, tu pegadiza risa y tus manos, 

                           esas que dejaría que me llevasen a cualquier sitio, 

porque si estoy contigo no hay pérdida, 

porque contigo me he vuelto a encontrar.

La vida entera gritándome que es pronto y yo luchando contra el prejuicio que existe contra el amor a primera vista, o risa, contra lo que siento hacia a ti, que es tan real como guerrero, 

                          valiente soldado capaz de derrotar cualquier obstáculo que se lo ponga por delante.

Quiero conocer de ti hasta el más mínimo detalle de tu piel, y es que cada segundo que pasa tengo la necesidad de saber más, 

de quererte más, 

de darte todo lo que pueda,

y más.

Hogar, dulce hogar.

Me sentía como se siente un vagabundo,
perdido por el centro de la ciudad, 
lejos de su casa y de un cariño sincero.
Andaba desorientada por barrios peligrosos de mi vida,
buscando una cama donde pasar la noche, 
aceptando cariño de cualquier sonrisa, 
falsa.
No me di cuenta de que tú, 
chica de risa fácil, 
de ojos que piden más 
y de sonrisa que lo da todo,
llegarías sin pedir permiso a mi existencia, 
y te convertirías en mi hogar, 
y acunarías a mis miedos,
y alimentarías a mis ilusiones,
y pondrías tiritas en todas las heridas, 
de mi agonizante corazón,
haciendo que los malos tragos pasados, 
se conviertan en el mejor sabor 
que mis labios han probado, 
que son tus labios.  

He amanecido y la luz fuera parecía distinta,
como si en vez del sol el que alumbrara
fueran sus ojos.